La Manta y La Raya # 4 marzo 2017
Jaraneros mixes de Guichicovi
Teodoro Juan García
I
Hablar de los jaraneros mixes de Guichicovi es hablar de la música de cuerdas en Guichicovi y esas tres vertientes que lo conforman: geográficamente pertenecen a la región del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca; étnicamente, a los mixes, siendo ésta de la parte baja (mixe bajo), y forman también parte de la extensión territorial del Sotavento.
Ubicado en la villa de San Juan Guichicovi, Oaxaca enclavada en la zona húmeda del Istmo de Tehuantepec, hablantes de la lengua “ayuuk” (mixe bajo), donde se practica la música de jarana por la tardes, después de la dura jornada de trabajo, contando con diversos tamaños y función lo cual los mixes de la parte baja tienen como instrumentación.
La jarana requinto o primera, ésta lleva el cantar o melodía. La jarana segunda y tercera, se encargan de llevar el acompañamiento. El marimbol, o marimbola, tiene como función llevar el bajo en la música de jarana. Anteriormente se ocupaba también un cántaro de barro (“majt”, en mixe bajo) que era percutido con las palmas de las manos y llevaba la parte rítmica, y, 50 años atrás, vino a suplirlo el marimbol, ya que algún mixe se la ingenió en fabricar un marimbol con la figura redonda inspirándose en la forma del tambor y colocarle cuatro flejes de fierro cortado, dándole así un sonido peculiar a nuestra música.
La música que se toca en Guichicovi está ligada a lo religioso, en las labradas de cera o vela y actos fúnebres. En las labradas de cera se ameniza con música de jarana tocando sones de la región, mientras los mayordomos elaboran las ceras que se ocuparán en las festividades en honor a San Juan Bautista, San Juan Degollado y San Martín Caballero.
En los actos religiosos la comunidad participa en el nacimiento del Niño Dios que se lleva acabo en la iglesia de San Juan Bautísta y la capilla de San Martín Caballero, este acontecimiento se realiza en tres partes: 24 de diciembre se reúne la comunidad en la capilla de San Martín Caballero para festejar la Noche Buena con música de jarana. En esta velada hay música de jarana a diferencia de otros festejos, en esta noche no se baila, sólo es una convivencia de paz y tranquilidad a la espera del arrullo del Niño Dios.
La segunda cita es veinte días después de la Noche Buena, la comunidad se reúne por la noche nuevamente en ambas iglesias, se hacen los ritos de ceremonia, agradeciendo así a la divinidad por todas las bendiciones brindadas y, de esta manera, pedir permiso para la convivencia y de que se lleve de manera pacífica; una vez hecho los rituales se ameniza con música de jarana donde, en esta ocasión, bailan todos los mayordomos y sus invitados, así como también todos los presentes.
Para finalizar a la mañana siguiente, después de la velada, se efectua la levantada del nacimiento y se saca al patio de la iglesia acompañado de un paso doble con jarana, se baila un son regional con todos los mayordomos para agradecer que se realizó dicha festividad con normalidad, acto seguido, se encamina con paso doble a casa del mayordomo en turno y en puntos de la población , donde lo marque el “chagola” (es quién lleva la batuta), se bailan otros sones hasta llegar a casa de los mayordomos en donde se ameniza de 1 a 2 horas más de música. Así es como se da por concluído esta celebración entre los mixes de Guichicovi.
Otra de las costumbres muy representativa en Guichicovi es la de los actos fúnebres, he aquí “cuando se nos adelanta”, como decimos en Guichicovi, una persona que no haya contraído matrimonio (soltero o soltera), un bebé o infante, se le considera angelito, ya que no cometió alguna falta en su estancia por la tierra, incluso a los jaraneros mismos por haber dado su servicio a la comunidad se les rinde el rito de ceremonia.
En este acto los jaraneros tocan un son titulado “Son del Angelito” que consiste en 6 partes, el cual es acompañado por una danzante que al compas de la música, a traves de la danza, va dando dirección al angelito para su encuentro con el todopoderoso, lugar donde va directamente el alma. Según nuestras creencias entre los mixes. Este acto se efectúa también a los 9, 40 días y cabo de años dando así por terminado dicho ritual.
La jarana mixe de Guichicovi es un instrumento que se considera como una herramienta de respecto, por la función que desempeña, y portar una jarana en Guichicovi es una responsabilidad porque cuando se presentan esos momentos de dolor, el jaranero no debe negarse, el cual debe ir a cumplir con la comunidad. Porque es un compromiso que se ha venido practicando durante largos años y se ha ido transmitiendo de manera oral de generaciones en generación.
II
En San Juan Guichicovi, Oaxaca, los jaraneros mixes, generación tras generación, han venido transmitiendo sus saberes de manera oral, de abuelos a hijos y nietos adentrándolos así a las actividades de la comunidad como en momentos de dolor y momentos de alegría… se escucha decir a los viejos afinen “por cinco” que es la afinación con la que uno se entrena para aprender a afinar y ejecutar el instrumentos. Después de comprender lo básico, los viejos nos enseñan afinar la jarana en “por seis” ya que en encuentros de jaranas o festividades de la comunidad de hace muchos años atrás se reunían varios grupos de jaraneros en la iglesia de San Juan Bautista, y la velada se ponía muy bonita porque toda la noche había música de jarana, ya que alternaban los grupos, he ahí cuando sacaban sus mejores Sones, unos (principiantes) tocando “por cinco”, otros (intermedios) en “por seis”, y ya los maestros (avanzados) lucían tocando sus sones en “por tada”.
Cuentan también los viejos que sus maestros les enseñaron a encordar con tripa de animales salvajes, cuando en ese entonces no conocían o aun no llegaban las cuerdas a Guichicovi, y entre ellas “la tripa del tlacuache” era la buena porque daba buena resonancia, además le daban un tratamiento para que resistiera al momento de pulsarla con la púa hecha con cuerno de res, éste era hecho con cuchillo y machete, así como la misma jarana, cuerda y púa.. Cuando ya el jaranero estaba bien entrenado se le conseguía una sonajita de la cascabel. Según ésto, era para darle más sonoridad y brillo a la jarana, pero tenía uno que tener mucho cuidado de no encontrarse con la cascabel dueña de la sonajita, ya que pelearía por su colita; esto según creencia entre los jaraneros mixes.
Mas tarde llegaron los instrumentos de vientos (banda tradicional) con la instrumentación de la cultura zapoteca como: saxofón alto, sax tenor, sax barítono, sax soprano, trompeta, tom-tom- y redoble o tarola. Dominando así en la región del mixe bajo con sones de la región del istmo de Tehuantepec, Oaxaca, con toda sus costumbres y tradiciones tales como en la pedida de mano, la boda, lavada de ollas, entre otras, con ella también se trajeron las velas. En Guichicovi se celebra la vela el primero de junio en honor al santo patrón San Juan Bautista, una fiesta muy bonita, desde la madrugada se acostumbra a dejar las mañanitas al santo patrono en la iglesia, en seguida a los encabezados o padrinos que participan en la fiesta, ya a medio día, se concentran en la plaza donde se hará la pachanga donde un grupo de la región comienza su compromiso musical con sones istmeños abriendo así dicha fiesta. En lo que van llegando todos los invitados a la enramada con botanas, encaminada por una banda tradicional con un paso doble.
Hasta la fecha sigue llevándose ambas actividades, tanto la música de jarana como la música de vientos que también ha sufrido sus cambios por la introducción de nuevos instrumentos de viento como: la tuba, el clarinete, el trombón.
En la jarana las actividades que aún se llevan a cabo según nuestras tradiciones mixes son:
– La práctica del velorio: esto cuando fallece un angelito, considerado así: a niños, solteros y solteras, como es un suceso repentino y por la falta de grupos de jaraneros, al ser el único grupo en la comunidad uno no debe negarse para dar dicho servicio. Para completar el ritual participa también una danzante que va coordinado con la música de jarana, danzando así lo que para nosotros los mixes es “La Danza de los Angelitos” una danza que está dividida por seis movimientos, participa también el chagola y rezadores que se encargan de llevar los rosarios y rezos.
– Labradas de ceras: en esta actividad se llevan a cabo la elaboración de las ceras o velas para las siguientes celebraciones de la comunidad, estas ceras son hechas por los mayordomos de la iglesia de San Juan Bautista y de la capilla de San Martin Caballero.
Desde tiempo atrás estas actividades son amenizadas por música de jarana, tocando sones de la región para estar en convivencia con los mayordomos y la misma comunidad.
– Nacimiento del niño Dios: en la noche se acude a ambas iglesias a la celebración de la Noche Buena y el arrullo del niño Dios, en esta velada donde participa la música de jarana la gente no baila, más bien es una velada de respeto por el nacimiento del niño Dios que después del arrullo se tocan unos 10 o 15 sones mas y la fiesta se da por terminado.
– Andada al viejo: este se lleva a cabo el 31 de diciembre. Es una fiesta que consiste en ir de casa en casa en la población despidiendo el año con música, danza y teatro, ya que salen a relucir muchos disfraces acompañados de música como sones, cumbias y una que otra marcha fúnebre. Una costumbre muy bonita llena de alegría, color, sabor, humor, y mucha música. Los jaraneros mixes por lo regular salen por la tarde, cuando esta calmada la cosa debido a que por la mañana y pasado el mediodía está lleno de música de viento, más aun, con la energía que tienen los jóvenes se llena de algarabía la fiesta. Es por ello que la jarana termina despidiendo el año por la tarde-noche.
La música de viento (banda tradicional) en Guichicovi regularmente se presenta casi en todos los ámbitos como: mayordomías, bodas, xv años, bautizos, funerales y en las fiestas patronales. Entre su repertorio cuentan con boleros, sones, marchas fúnebres de la región, danzon, pasadobles, entre otros. Participan en las Fiestas de Pascuas, vela San Juan, fiestas en honor a San Juan Bautista (24 de junio), a San Juan Degollado (29 de agosto) y San Martín Caballero (11 de noviembre), amenizando las respectivas mañanitas por la madrugada en la iglesia y capilla antes mencionado y en la encaminada.
Es así como disfrutamos de mucha música en Guichicovi, un pueblo donde a diario se escucha música saliendo de las ventanas de un hogar o de ensayos de las diversas agrupaciones… una comunidad llena de sonidos combinados hasta darle forma a sones como: Virginia que sí, el Guachito, el Guachacero. Y muchas más.
III
Así como lo enseñaron los viejos jaraneros de Guichicovi, Teo García retoma la laudería con técnica tradicional en la elaboración de instrumentos autóctonos, elaboradas a machetazos. Así también ha abierto un colectivo para nuevas generaciones de mixes que deseen introducirse, o retomar, su música, su cultura y su identidad.
En este colectivo de reciente creación han desfilado muchos niños y jóvenes participando con fiestas de la misma comunidad y en encuentro de jaraneros con los hermanos de la jarana jarocha en Veracruz y en muchos foros más…
Ahora es bonito sentirse un jaranero mixe de Guichicovi al saber que es un orgullo portar un sombrero, huarache y hablar el ayuuk, ahora se comunica uno con los viejos jaraneros mixes con su lenguaje y estar en sintonía con ellos.
A como me lo enseño mi padre de 85 añitos. Me dijo –Hijo, yo quiero en la vida que seas “UTIL A LA HUMANIDAD” (a las nuevas generaciones) aportándoles tu mucho o poco conocimiento en la música, pero siempre darlo con amor. Somos criaturas que siempre tenemos poco o mucho, pero con algo que dar.
Y esos consejos de mi viejo están convirtiéndose en hechos. Gracias al mëj teety (Dios Padre) por toda esta bendición, agradezco desde un consejo hasta una idea para mejorar como persona y como músico, a mis viejitos (padres) familia que desde mi decisión de ser músico han estado conmigo en las buenas y malas… amigos que han aportado para que esto siga adelante, mil gracias.
Redacción e investigación:
Teodoro Juan García (Teo García)
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