La Manta y La Raya # 7 marzo 2018
Balada a tono de buscapiés
Todo es cosa de no perderse me digo
de no vivir de lejos
de no extraviar la mata
de no despreciar las máscaras
De saber acomodar jirones inscripciones escrituras
(vaga pedacería de ayeres y desaparecidos
que sólo el descuido ha podido mantener en pie)
y reinventarlos por completo sin que nadie lo note
Todo es cosa de no apurarse me digo
para que sin gritos ni amenazas
la tinta moje al papel,
y llegue puntual
a presentarme desconocidos que ya creía conocer
Escribir es seguirle los pasos al cangrejo
andar de espaldas y voltear a ver que nadie nos siga
dejando pistas por doquier
por ver si ellas luego nos reconocen
y nos hablan con cariño del que por allí pasó
Bueno fuera que las imágenes nos obedecieran:
que donde uno dice cortejo
surgieran torres, almenas, dragones en celo, fortalezas
Hay que abandonar esa necedad
esa jodida pretensión de hablar a nombre de otros
a nombre de ostras
Ni siquiera las palabras son de uno
cuantimás los ríos, las mañanas frescas
o los ruidos de mercado
que se anidan en los ojos de cada quien
Sin embargo
después de cumplir las recetas con todo rigor
de tomar las prevenciones necesarias
para que estos relatos vayan a muchas partes
y no se queden nomás
dando vueltas para volver al mismo punto,
al punto y enseguida pero siempre en suspenso
Sigo sin saber los rumbos que me aguardan
la calles que me extrañan
o los gritos que no duermen
por estar pensando en mí
Me froto los ojos
me tiento los grietas
me mojo las ansias
me invento canciones
Pero sigo como ropa en tendedero
aquí nomás – dijera tu boca –
aquí nomás
Los recuerdos semejan un agujero cansado
donde casi nada permanece quieto
y gira que gira girando
cuenta un caracol
dos zopilotes
una mosca zumbona
¿qué fácil no?
Cuando vuelvo a coger la pluma
cuando por fin me decido a desvestir la melancolía
y acariciarla con el goce perverso de la rememoración…
reconozco lo imposible de mi tarea
Por más que las distancias coincidan en los mapas
que las personas a lo lejos parezcan hormigas
y los pueblos conserven en sus letreros
la mención exacta que indica a los bailes y sus héroes,
la brama de la perrada o los días de guardar
algo se le escapa
al recuento que intenta describir
exacta y fielmente
los giros, los vientos, las verdades
Al menos al mío
la impostura se le dibuja por toda la jeta
La misma palabra señala una ruptura
un rasguño una cábula
desto de aquello
pero nunca de lo que uno quiere
Quizá sean los tzigane gitanos
quizá las carretas, los insectos
o será aquella panza que de a poco se me fue expandiendo
qué más da
Pero no se vuelve nunca a lo mismo
ya no soy aquel a quien las palabras calman
Estos cuentos hablan de otros que ya no puedo ser
–aunque cómo me gustaría–
ni aun si fuese otros –dijera Benedetti.
Dejo que la palabra encuentre su cabrestero
y digo aquí para ya no volver más
No me engaño
los relatos son cruces, briznas
sorpresas
¿Y qué otra cosa somos nosotros?
pues otros –me dicen
Eso lo serás tú
yo nomás paro la oreja
tú cuenta la historia
qué tal que en una de esas
te la crees.
Juan Mijangos
AguaSanta dos, 2006
Revista # 7 en formato PDF (v.7.1.2):