Origen de los africanos

La Manta y La Raya # 16                                                      marzo  2024 ________________________________________________________________________

Origen de los africanos

 

Gonzalo Aguirre Beltrán

 

 

Gonzalo Aguirre Beltrán, médico y científico social veracruzano fue pionero en los estudios etnohistóricos sobre la población africana en México. Su libro La población negra en México fue publicada por primera vez en 1946. Los editores de LMyLR hemos querido compartir con nuestros lectores algunos fragmentos de su importante investigación, a fin de recordarnos que África es un continente rico y diverso (no un país, como muchas veces se sugiere con profunda ignorancia) y que las herencias africanas que durante siglos han nutrido y enriquecen a la sociedad mexicana provinieron de distintos pueblos, regiones,, idiomas y culturas. En el esfuerzo colectivo de reconocer el aporte de los pueblos y comunidades afromexicanas del México de hoy resulta preciso revisitar nuestra historia y reconstruir nuestra memoria colectiva. Las herencias africanas en México están más vivas que nunca.

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Pobladores del Papaloapan: Biografía de una hoya,                              CIESAS, México, 1992, pp-91-92.

Se cita textualmente:

Origen de los africanos

¿De dónde procedían los esclavos? Esta pregunta hoy mas que nunca necesita una resolución documentada. Es creencia común entre los actuales pobladores de la hoya que los negros existentes en la región, así como sus productos, los mulatos, vinieron de Cuba u Santo Domingo. Es indudable que durante el siglo pasado negros y mulatos de las Antillas inmigraron a la zona para trabajar en la construcción de la red ferrocarrilera; su número, aunque escaso, favoreció, por extensión, el pensamiento de que todos los individuos de color procedían de las islas. Los hechos, sin embargo, fueron otros. Directamente, sin verificar escala prolongada alguna, nuestros abuelos negros fueron importados del África.

Pero el África es un accidente geográfico demasiado extenso para que una respuesta de carácter general pueda ser satisfactoria. Los negros vinieron efectivamente, más no de todos los lugares del continente cordiforme. Procedieron de puntos definidos.

Las listas de esclavos de ingenios y haciendas, las cartas de compraventa y documentos similares son una ayuda valiosa para localizar la procedencia de los negros; tan valiosa, que por medio de ellos podemos llegar a definir hasta la gens o tribu de donde fueron arrancados.

En el contrato celebrado entre Cortés y Lomelín, al cual ya hemos hecho referencia, se asienta que los esclavos debían de ser extraídos de Cabo Verde, región del occidente africano, que en la actualidad tiene como centro comercial y político al puerto de Dakar, sumamente conocido por las frecuentes alusiones que a él se hicieron durante la pasada conflagración mundial. En 1542, fecha del contrato, el centro comercial y político de la región se encontraba radicado en la isla de San Iago, lugar donde los portugueses, que la posían, establecieron su más importante y famosa factoría. A la isla de San Iago iba a parar toda la mercadería –entre ella los negros, que como tal era considerados– de la costa continental inmediata y de los numerosos ríos que en ella desembocan.

En las listas de esclavos del ingenio de Tuztla aparecen los nombres de estos negros caboverdianos con la designación de la tierra o nación -tribu- de su procedencia. Siguiendo una antigua práctica romana, los españoles imponían a los esclavos un primer nombre cristiano, seguido, como apellido, de su origen tribal. Los apellidos de los esclavos eran en la mayoría de los casos -podríamos decir- gentilicios, denominaban la gens a la cual pertenecía el negro.

De las relaciones de los “negros bozales, que han muerto en el ingenio de Tuztla, años de 1584 y 1585, recogemos la siguiente información: 

1) un negro Bran, largo, de los 40 que envió el marqués a la hacienda; 

2) Rodrigo Biafara; 

3) Lorenzo Biafara, por otro nombre Cazangue; 

4) Jorge Bran, murió de una puñalada que le dio Juan Mandinga porque lo tomó con su mujer; 

5) Antón Zape, por otro nombre Cazanga; 

6) Alonso Zape, por otro nombre Obero, de tierra Zape Zimba; 

7) Diego Bran, murió de cámaras de sangre;

8) Domingo Gomero; 

9) Daniel, criollo, hijo de Juan de Biafara y de María Cazanga;

10) Joan Zape, desjarretado de un pie; 

11) Marta Bran, mujer de Alonzo Muza; 

12) Manuel Berbesí; 

13) Catalina Biafara, mujer de Juan Vaquero; 

14) Francisco Cengue Cengue, de casta Zape; 

15) Brianda de Terranova, mujer de Pedro Zape; 

16) Ana Berbesí; 

17) Antón Ñengue Ñengue, de casta Biafara; 

18) Catalina, criolla, hija de Francisco Bañón; 

19) Francisco de Cazambungue, lo mataron Vicente Zape y Juan Congo; 

20) Sebastián Cazanga; 

21) Dominga, criolla hija de Catalina Chongolo; 

22) Alejo Barbado; 

23) Juan Marcos, hijo de Francisca Joloffo;

24) Pedro de Alvarado, de casta Berbesí; 

25) Hernando Bomba; 

26) Melchor Bioho, lo mató un negro cimarrón llamado Antón Mandinga; 

27) Cristóbal Berbesí; 

28) Antón Manicongo; 

29) Diego Balanta; 

30) Cristóbal Conyl, de hinchazón de barriga y cara; 

etcétera (AGN, Hospital de Jesús 247.7.11).

La lista continúa, para nuestros propósitos nos basta con los asentados para localizar, como negros caboverdianos a individuos procedentes de las tribus: Wolof, Berbesí o Serer, Cazanga o Dyola, Terranova, Bañón, Mandinga, etcétera. Tribus todas situadas en las márgenes de los ríos Senegal, Salum, Gambia, Cazamancia, Grande, Santo Domingo y el el archipiélago de los Bissagos.

Algunos de los individuos arriba mencionados no procedían, sin embargo, de Cabo Verde, entre ellos Domingo Gomero, que seguramente fue arrancado de la isla Gomera, en las Canarias; Antón Manicongo, originario del Congo, y quizá algún otro más que escapa a nuestros conocimientos; más, de cualquier manera, los caboverdianos formaban la inmensa mayoría. Podemos, por tanto, afirmar que durante el siglo XVI los esclavos procedían de las regiones africanas que hasta hace poco designábamos como Senegal francés, Gambia Británica y Guinea portuguesa; es decir, eran negros del grupo racial conocido por “verdaderos negros o negros del Sudán”.

Más si examinamos las listas de esclavos de principios de la centuria siguiente notaremos que la procedencia había variado. En la hacienda de Uluapa, existían, entre otros, los esclavos siguientes: 

1) Agustín y Magdalena su mujer, negros de tierra Angola de la de Anchico; 

2) Francisco Angola; 

3) Juan de Angola; 

4) Simón de la O, negro de tierra Congo; 

5) Simón, negro de nación Angola; 

6) Bernabé, negro de tierra Angola; 

7) Juan Piñeiro, negro bozal de tierra Jolofe; 

8) Pedro Biafara; 

9) Garciguela, negro de nación Congo; 

10) Manuel Congo; 

11) Miguel Congo; 

12) Miguel Tuerto, negro de nación Angola; 

13) Sebastián Huehe, negro de nación Congo; 

14) Catalina Bran, mujer del susodicho; 

15) Miguel Chato, negro de nación Angola; 

16) Mateo Mocho, negro de nación Angola; 

17) Manuel Cavanga, negro de nación Angola; 

18) Antonillo, negro de nación Angola; 

19) Luis Palao, negro de tierra Bran; 

20) Alonso Zape, por otro nombre Obero, de tierra Zape Zimba;

21) Catalina Locumí, negra, y un negrito suyo, chiquito, que se llama Agustín; 

etcétera, (AGN, Tierras, 74.9).

En la lista que antecede los esclavos proceden en su mayoría del Congo y Angola, es decir, fueron negros originarios del África occidental y, por tanto, de los conocidos como negros bantús” racial y culturalmente diferentes de los negros del Sudán. En la misma lista, además, aparecen, aunque en escaso número, negros caboverdianos -Wolof, Bran, Biafara y, lo que es más interesante, esclavos procedentes de la Nigeria, como Catalina Locumí-. Locumí fue el mejor modo como los negreros portugueses pudieron pronunciar el vocablo Ulkamy que designaba a la gran nación hoy conocida como Yoruba. Un estudio detallado de los orígenes tribales de los esclavos en el país ya fue hecho por nosotros en otro lugar (Aguirre Beltrán, 1946). A ella remitimos al lector que desee hondar en tales asuntos. Para este ensayo, que pretende abarcar españoles, negros e indígenas, basta y sobra con los datos anotados.


 


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